Hace poco anuncié en mis redes sociales que iba a realizar un curso sobre gestión del tiempo y que contaría por aquí lo que haríamos.
Lo prometido es deuda. Una vez realizado dicho curso (de dos horas de duración), os cuento lo que hicimos (y después, las conclusiones que he sacado yo de todo ello):
1. Comenzamos con una dinámica para conocernos. Se trataba de escribir en una hoja adhesiva lo siguiente:
– Que nos gusta hacer un domingo por la tarde.
– Cuál es nuestra afición favorita.
– Lo que nos gustaría encontrar en las personas.
– Qué deseo le pediríamos a un hada o a un genio.
Una vez contestadas estas cuestiones, la profesora intercambió los papeles y nos entregó uno diferente a cada una (hablo en femenino porque las participantes éramos todas chicas). Se trataba de encontrar a la persona de la que teníamos el papel.
Luego charlamos un rato con esa persona sobre las cosas escritas en el post-it y la relación que manteníamos con la gestión del tiempo.
Después explicábamos lo que habíamos descubierto de la otra persona.
2. A continuación la profesora nos pidió que analizáramos cómo organizamos el tiempo plasmando en un reloj dibujado un día de entre semana y otro de fin de semana por fragmentos de actividad.
3. Luego, se rellenaban los huecos de las diferentes horas (de fragmentos de actividad)con colores según el uso que le diéramos.
(esto parece un poco confuso, pero se trataba de que visualmente nos diéramos cuenta del uso que hacíamos de nuestro tiempo).
4. Lo siguiente fue describir qué sensación nos producía ver en qué empleábamos nuestro tiempo.
5. Después tuvo lugar una explicación teórica sobre tiempo disponible, no disponible, etc. Y también de los famosos cuatro cuadrantes para dividir nuestras actividades: urgente + importane, importante + no urgente, urgente + no importante y no urgente + importante.
Después, la profesora nos explicó que, con esta clasificación, estamos en posición de organizar una semana completa encajando nuestras actividades por franjas horarias.
Conclusiones personales de este curso
Lo primero de todo, quiero dar las gracias a la Casa Joven del Ayuntamiento de Segovia por haberme permitido hacer este curso, que fue totalmente gratuito. Desde este organismo se organizan gran cantidad de actividades encaminadas a encontrar empleo, una mejor gestión de la vida privada y laboral o cómo emprender. Me parece una labor muy muy loable, porque, además, todo lo que hacen es gratis para el usurio. ¡Un 10 para ellos!
Dicho esto, paso a comentar, de manera personal y desde un punto de vista teórico, lo que yo extraje de este curso. En ningún momento quiero menospreciar a la empresa encargada de impartir el curso, ni mucho menos a la profesora, quién fue muy atenta en todo momento.
1. En mi opinión, el origen fundamental de una mala gestión del tiempo está en que no tenemos identificadas nuestras metas. Si no sabemos dónde ir, no podremos planificar cómo hacerlo. ¿Estáis de acuerdo?
Le he dado muchas vueltas a este tema y me parece muy importante; por lo que voy a intentar ofrecer herramientas en este blog para poder ayudarnos entre todos a identificar nuestros objetivos vitales. (¡Toma ya!).
2. Por otra parte, y nada que ver con lo anterior, creo que el sistema de cuadrantes de urgente, etc. es útil para situaciones de «emergencia» (como cuando a mí me pilló el toro…); pero no para el día a día.
Hay muchos sistemas de organización del tiempo. Como he comentado en otras ocasiones, yo sigo (o, al menos lo intento) uno llamado GTD (de David Allen). Yo reconozco que es complicado, pero para empezar, un buen uso de la agenda (como explico aquí) y algunas listas de tareas podría sirvir.
También este es otro aspecto sobre el que he estado reflexionando estos días y sobre el que investigaré para, también, ir ofreciendo diferentes sistemas de organización del tiempo para que podamos elegir el que mejor nos vaya.
3. En otro orden de cosas, quiero decir que las explicaciones teóricas en este tipo de campo (gestión del tiempo) y dado el tiempo limitado del que disponíamos (dos horas) sobran. Me hubiera gustado que fuera más práctico, tal y como se hizo en la última parte; ofreciendo herramientas útiles para una mejor gestión del tiempo.
Por último, una reflexión más (lo siento, hoy estoy muy reflexiva…): ¿por qué sólo éramos mujeres en el curso? Hombres del mundo: ¿ya sabéis todo sobre organización del tiempo o es que no queréis aprender? 😉